viernes, 3 de mayo de 2013

REALIZACIÓN DEL IV VIAJE A LA RIBERA DEL DUERO

A pesar del título, más bien el viaje fue a Segovia y Ávila. Como teníamos programado, los días 20 al 23 de abril, 56 personas (porque no cabían más en el autobús) realizamos un viaje inolvidable, a juicio de la mayoría de los asistentes, por tierras de Castilla la Vieja. Hicimos la primera parada turística en Berlanga de Duero, villa digna de ser visitada, con su castillo y su magnífica ex-colegiata, de cuyas maravillas nos hizo disfrutar la guía local, Mª Jesús.
Continuamos viaje hasta Valdeande, villa cercana a Aranda de Duero (de aquí lo "IV viaje"), donde celebramos la tradicional comida de "lechazo al horno", plato típico de la zona, servido magistralmente, como en las tres ocasiones anteriores, por nuestro anfitrión Alberto. Gracias de nuevo a Lauren y Nicolás por facilitarnos este rato tan agradable en su pueblo natal, donde cogimos fuerza y alegría para el resto del viaje.
El día 21, domingo, lo dedicamos a visitar los Reales sitios de La Granja de San Ildefonso y de Río Frío, saboreando a mediodía, entre otras cosas, los famosos "judiones" de la zona. El lunes, día 22, hicimos por la mañana la visita guiada a "Segovia, Patrimonio de la Humanidad", conducidos por la guía Alcázar, que nos hizo disfrutar de las excelencias de esta típica ciudad, como son su acueducto, su catedral y su alcázar. A mediodía repusimos fuerzas en el típico restaurante segoviano "El Narizotas", un lugar que recomendamos a todos los que visiten Segovia. Además del famoso cochinillo, se pueden degustar otras muchas exquisiteces en esta bella ciudad castellana. Nada más comer nos dirigimos a Ávila, otra bella ciudad, donde acompañados por la guía Mª José, disfrutamos de esta típica localidad
, yo diría que "mitad soldado" (por lo de las murallas) y "mitad monje" (por la espiritualidad con que impregna a toda la ciudad Santa Teresa de Jesús).
El día 23, martes, fiesta de la Comunidad de Castilla y León, teníamos que iniciar nuestro regreso a casa, pero aún nos quedaba alguna buena sorpresa: la visita de las Hoces del Duratón, con su ermita dedicada a San Frutos, patrón de Segovia, y la posterior visita de la localidad de Sepúlveda, donde también tuvimos el último festín gastronómico del viaje en el restaurante "El señorío de Sepúlveda". Su dueño, Antolín, y el resto del personal, nos agasajaron de forma extraordinaria.
Y ya, a las cuatro de la tarde, "carretera y manta" hacia nuestra Zaragoza, tratando de echar una pequeña siesta en el autobús mientras hacíamos la digestión, si los "gamberros" que llevábamos incrustados a bordo tenían a bien permitírnoslo, cosa que no en todas las ocasiones es posible.
En fin, ya estamos pensando en el programa de la próxima edición, para la Primavera del 2014, esperando que hasta "el tiempo" nos acompañe y salga tan bien como en esta ocasión. Gracias a todos los que han colaborado activamente para que este viaje fuera agradable para todos los participantes, entre los que no podemos olvidar a Alberto, nuestro conductor, que estuvo en todo momento a nuestro servicio.

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