sábado, 21 de septiembre de 2019

UN LIBRO QUE HAY QUE LEER


       Este es el título que ha dado Pedro Sanzol Lecumberri a la reseña que ha escrito sobre el libro publicado por nuestro presidente, y la cual os transcribimos literalmente. Nosotros simplemente queremos añadir, que lo deben leer las personas que estén interesadas en el tema. 

                                                   UN LIBRO QUE HAY QUE LEER

Autor:  Antonio Angulo de Miguel
Título:  "Picaresca y malas artes en el camino francés de Compostela"
Ilustraciones: David Angulo Loscos ( es el músico que compone todas las canciones de Oregón Televisión, hijo de Antonio y Maribel).
Editorial;  Vivelibro. Primera edición: mayo de 2019.  Páginas:  278.
Nuestro amigo y socio nº 996 de la Asociación Amigpos del Camino de Santaigo de Zaragoza, , Antonio Angulo, ha escrito un libro que hay que leer. Para quien no lo conozca, basta que mire la pág.16 de las "Actas del VIII Congreso Internacional de Asociaciones Jacobeas" (Zaragoza 23-26 de octubre de 2008). Fue Antonio, Secretario del Congreso, el que, con un trabajo arduo, silencioso, amasado con  paciencia benedictina, redactó las Actas  que son un recuerdo imborrable de aquel Congreso que organizó nuestra Asociación de Zaragoza, bajo la presidencia de José Ramón Barranco. Actualmente, tras el fallecimiento de José Mª Hernández de la Torre, Antonio es miembro del Jurado del Concurso Literario que cada año organiza nuestra Asociación
 Leo en la contraportada: "Desde hace más de mil doscientos años,  infinidad de hombres y mujeres han viajado a Santiago de Compostela para cumplir el ritual cristiano de orar ante la tumba del apóstol...El Camino de Santiago se convirtió en la más importante ruta de peregrinación de la Europa medieval y también fue motivo de desarrollo económico, social y artístico a lo largo de todo su recorrido. Por todo ello resultó inevitable  que otros muchos hombres y mujeres, no motivados precisamente por la "Causa devotionis" del verdadero peregrino, se apostaran a la vera del Camino para despojarle de todas sus pertenencias".   Y Antonio Angulo se ha impuesto la ingrata y necesaria tarea de contarnos los lances picarescos más o menos graciosos y las  acciones malintencionadas en perjuicio del indefenso peregrino que fueron, son y serán una ofensa a la esencia misma de la peregrinación; o sea, el autor ha querido bailar con la más fea..., aderezando, eso sí, con humor y con oportunas y sabias reflexiones algunas de las páginas en las que el lector no  sabe si  reír o llorar...
La obra tiene siete capítulos: 1)  Introducción-     2) Distinción entre picaresca y malas artes - 3) El peregrino ( auténtico, por cumplir un voto, penitentes, aventureros, ajenos a la peregrinación etc) -  4) Defensas de los peregrinos (la legislación, el bordón, el vino, los cantos, - en este apartado de los cantos como eficaz remedio para aliviar el cansancio del peregrino, el autor ha tenido la gentileza de incluir dos auroras, la navarra y la de nuestra Asociación zaragozana "El Pilar es nuestro hogar, Santiago, nuestro destino etc. GRACIAS -   5) Clases de picaresca y malas artes     ( once clases, nada menos...) - 6)   Toponimia picaresca en el Camino Francés        (  cuarenta y tres sitios donde  picaresca o  malas artes se dieron cita...; en nuestro Aragón señala siete: Hospital de Santa Cristina de Somport, el castillo de Candanchú y Canfranc, Jaca, San Juan de la Peña , Venta Esculabolsas y Santa Cilia de Jaca ) -7)  Epílogo: Un violinista en el Camino. ( he tenido que corregir varias veces el título del "epílogo" pues espontáneamente mis dedos tecleaban "Un violinista en el tejado"...).
 El arduo trabajo de recopilación de infinidad de pillerías y malas artes, trabajo que el autor prefiere llamarlo "un entretenimiento apasionado" termina  con una copiosa y selecta bibliografía de unos cincuenta y ocho autores.
Es importante leer atentamente, en este libro que hay que leer, lo que dice el autor en la Introducción: su trabajo no pretende en absoluto desprestigiar el Camino; sabe muy bien el enorme valor del Primer Itinerario Cultural de Europa(1987) y Patrimonio Mundial de la Humanidad ( UNESCO 1993) y aunque escribe sobre "las miserias y mezquindades del Camino", sabe  que "a lo largo de todo el Camino de Santiago se palpaba un ambiente de caridad cristiana, un gran clima de humanitarismo y espiritualidad y un conocimiento práctico que la mayoría de las gentes tenía  del precepto cristiano del amor al prójimo, recogido en las obras de misericordia" (pág.17). Todos esos valores los conoce muy bien el autor por sus estudios de la peregrinación jacobea  y por su  experiencia personal. Pero, en medio de tantas luces, aparecen siempre, tanto en la vida de cada persona, como en la vida de la sociedad, las  sombras del mal, que hay que reconocer y luchar para, en lo posible, disiparlas.
Todos los capítulos son interesantes aunque, como siempre, unos más que otros. Y cada lector tendrá, a buen seguro, su propia opinión. Al que escribe esta reseña le ha impresionado el dedicado a los negociantes de reliquias, en el cap.5: "Clases de picaresca y malas artes".  Son unas páginas( 121-134) absolutamente necesarias para hacerse una idea de lo que fue en la Edad Media "una de las más firmes creencias de la época"(pág.122),el culto a  las reliquias, la confianza ciega en su poder sanador, sin pararse a pensar si eran verdaderas o falsas. Hoy nos causa sonrojo, por ejemplo, lo que vio un diplomático francés de la época, en la catedral de Burgos : un zapato de la Virgen y un recipiente lleno de la sangre de los Santos Inocentes...(pág128-129).Y no digo sonrojo, sino vergüenza para taparse la cara, leer que en la Abadía de Chartres, en la Basílica Lateranense de Roma, en Amberes, en Paris, en Brujas,  en Burgos, en Santiago de Compostela ...en varios momentos de la historia, aseguraron tener el Santo Prepucio de Jesús, a pesar de que los  judíos tenían la costumbre de quemarlo después de la circuncisión...¡Increíble!, se dice el lector, y se pregunta: ¿Pero no había nadie que protestara ante semejantes bofetadas al sentido común y al buen gusto? ¿ No había nadie que protestara en nombre de la   fe que, aunque entre sus artículos hay misterios insondables que superan nuestra inteligencia,, nunca hay  proposiciones manifiestamente  irracionales o cosas ridículas?
El autor cuenta (pág.134) que él mismo, en la catedral de Dubrovnic, en Croacia, se enteró, por una guía recientemente editada allí, de que en el relicario del templo estaban, en una urna de plata,  los pañales de Niño Jesús...Preguntó dónde estaban y el guía de turno le contestó que estaban allí, en el armario,  a la izquierda...,pero sin darle ninguna importancia a tan preciada y tierna reliquia...Menos mal, algo hemos ganado..... Pero, ¿por qué no se retiran y queman tales paparruchadas? Algo parecido le ocurrió a quien redacta esta reseña, en la  magnífica catedral de Florencia; en la sacristía, se acercó a un relicario precioso y leyó, perplejo y muy ...!!! ...enfadado: "Ex lacte Beatae Mariae Virginis" ( de la leche de la Bienaventurada Virgen María...;) :  sin comentarios.
Es verdad, concluye el autor este apartado "negociantes de reliquias", que a veces se han hecho bromas infundadas a costa de ellas, pero " no nos gusta que la Iglesia Católica haya hecho alarde de ciertas reliquias" , y no nos gusta precisamente" porque la amamos". Pienso que la mayoría de los fieles cristianos está hoy de acuerdo con el autor: no nos gustan, precisamente porque, a pesar de nuestras debilidades y pecados, amamos entrañablemente a la Iglesia y no queremos que nadie la critique, con toda razón, por semejantes esperpentos: los pañales de Niño Jesús, el Santo Prepucio de Jesús, el zapato de la Virgen...Menos mal que hoy ya nadie venera semejantes ridiculeces y esperamos que no estén expuestas en ningún sitio.
Podríamos glosar otros pasajes interesantísimos del libro, como la historia del Cluny español, la Abadía de Sahagún, y sus fueros tan "peregrinos" y sus abusos de poder......,(pags.210-217); o la historia del "pío latrocinio", así denomina el autor al traslado de las supuestas reliquias de San Indalecio desde Almería hasta San Juan de la Peña (págs.152-156)...Pero, no: lo más importante es que se lea este libro que hay que leer. Lo mío ha sido una invitación a su lectura.
Finalmente y para terminar, una pregunta : ¿ por qué  termina el autor su obra con esa narración, por otra parte divertidísima, de "El violinista en el Camino" ? De acuerdo con que es un personaje encantador, bohemio, devoto de todas tabernas del Camino, intuyo también  que de las mujeres...,irlandés, director del Consejo Británico en España, muy culto ,fan de las melodías gitanas, amigo de García Lorca, de Baroja, de Camilo José Cela,  Don Gualterio, para los amigos, y que desde 1924 hasta 1954 realizó cuatro peregrinaciones a Compostela dejando una huella imborrable gracias a anécdotas graciosísimas  (pág.271) ; pero todo eso no tiene nada que ver con la picaresca y mucho menos con las malas artes, como reconoce el autor...más bien se trata de un tipo vividor, que sabe disfrutar de cuanto encuentra de agradable en el Camino, con los riesgos que ello implica a veces...A más de uno nos gustaría acompañarle hasta Santiago, a él con su violín.....  .La pregunta del lector queda formulada, y como nos decían en el catecismo: "doctores tiene la iglesia que os  sabrán responder". Aquí, el doctor es el autor...

 Antonio Angulo termina este libro con una frase lapidaria; " el Camino siempre estará por encima de las múltiples miserias y mezquindades que han estado agazapadas a su vera".  Totalmente de acuerdo; fallarán muchas cosas, pero  siempre nos quedará...el CAMINO.
                                                                                Pedro Sanzol Lecumberri


No hay comentarios:

Publicar un comentario