martes, 17 de enero de 2017

VISITA DEL PALACIO DE LA REAL MAESTRANZA DE CABALLERÍA


PALACIO DE LA REAL MAESTRANZA DE CABALLERÍA DE ZARAGOZA
Para el próximo día 11 de marzo, sábado, nos ha preparado nuestra Vocal de Cultura, Maribel,  la visita del PALACIO DE LA REAL MAESTRANZA DE CABALLERÍA DE ZARAGOZA. Si te interesa la visita, ponte en contacto con ella, para que te apunte. Como la demanda ha tenido mucha aceptación, haremos dos grupos: uno para las 12 horas, y otro para las 12,30. La visita es gratis para mayores de 65 años. Pero hay que presentar el D.N.I. (Como todos tenemos un aspecto tan juvenil no se fían de los años que llevamos encima...).
Este Palacio renacentista aragonés conocido como casa de Miguel Donlope o de la Real Maestranza de Caballería por servir de sede a esta Real Corporación Zaragozana.
Construido durante la tercera y cuarta década del siglo XVI es un ejemplo del modelo de casa-palacio aragonés.

Lo mandó edificar D. Miguel Donlope, notable jurista zaragozano, miembro de una importante familia aragonesa oriunda de Montmesa (Huesca). Ostentó durante largo tiempo el cargo de abogado de la Ciudad,  lo que lo convertiría en uno de los personajes con más poder de Zaragoza. Gran conocedor de las tesis erasmistas, y con un origen converso, muy pronto fue investigado por la Inquisición, de la que escapó convirtiéndose en “familiar” del Santo oficio en Zaragoza.

Su poder ciudadano quedó plasmado en el lugar elegido para su palacio, justo detrás de la Seo. Se desconoce quién fue el maestro de obras, pero en su construcción trabajaron el cantero vasco Juan de Landernain, autor de las columnas del patio y de la portada (hoy desaparecidas) y el logroñés Pedro Rebollo, rejero del rey, quién se encargó de las rejas de los vanos, además de los fusteros Jaime Fanegas (autor del alero) y Bernat Giner.

La estética de la fachada de este palacio señala los avances renacentistas que definen ambientes nuevos de una ciudad del siglo XVI muy diferentes de fachadas anteriores muy austeras y menos evolucionadas. Con huecos rejados en la planta baja, más reducidos en la planta noble y mirador coronado por alero, responde a fachadas similares de otros palacios anteriores, pero su elaboración reflejan ya una preocupación por una valoración estética del exterior de la vivienda.

La disposición regular de los vanos y la distinción tripartita de la fachada reflejan un orden estético. El mirador, tan típico en los palacios aragoneses, tiene ventanal doblado, óculos en los antepechos y resaltes en parte baja, en la línea de pretiles y en el arranque de arcos de medio punto, estética que responde al nuevo tipo diáfano y de efecto plástico de las nuevas casas zaragozanas del renacimiento.

El alero, uno de los más espectaculares de los palacios aragoneses, es obra del fustero Jaime Fanegas, es de los primeros elaborados respondiendo al tipo clásico del momento. Reproducen, en madera, las cornisas de los tratados renacentistas que poseía Jaime Fanegas, el artífice más vanguardista de su época. Personaje inquieto y polifacético, responde al prototipo de hombre renacentista; aparte de fustero, es inventor de ingenios hidráulicos, descubridor de minas, constructor de puentes (como el que realizó sobre el Ebro) y autor de un proyecto para extraer madera del Pirineo para abastecer las galeras de Felipe II.

 

 

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